miércoles, 1 de octubre de 2008


Le digo adiós a los decretos, secretos y traiciones; al aire enrarecido; al cuerpo entumecido; a las inquietas vanidades; a los manjares de tramas y mentiras, solo un adiós a todo lo que aturde; a lo que aburre; a los resabios; a las palabras necias; a la dureza, al ser blanco de estiletes; a los olvidos, a todo digo adiós. Aquí yo me despido, dejé mi huella presente en la memoria, dejé mi alma en cada simple historia. El tiempo cura cerrando cicatrices, secando las narices. El tiempo cura y a nada disimula:Tu luz encenderá mi luz y así, podremos desplegar las alas, partir a fuerza de partir. ¡Marchemos, hasta donde nos dan las ganas!

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